AGUAS TERAPEUTICAS
Precisamente esta facultad del agua para almacenar información es la que ha permitido al hombre intervenir en su estructura molecular con todo tipo de energías: sonora, luminosa, eléctrica, etc. y obtener “aguas tratadas” que utiliza como remedio terapéutico o coadyuvante de eficacia contrastada en el tratamiento de diversas dolencias.
AGUAS BENDITAS Y RITUALES
Ríos y estanques, fuentes y aguas termales han sido siempre considerados lugares para la curación, para la magia o para las bendiciones. En la mayor parte de Europa se pensaba que todo manantial de agua potable se encontraba bajo el control de un guardián o de una ninfa del agua.
La
mayor parte de los pozos o manantiales de las comunidades antiguas se
creían sagrados. Se encontraban casi siempre bajo el cuidado de una
diosa - en las leyendas célticas era Bride o Brid, Santa Brígida en la tradición cristiana. Hoy en día existen varios cientos de pozos sagrados que todavía tienen aguas cristalinas.
La
importancia del agua para la vida la conoce el hombre desde sus
primeros pasos como especie. Por eso siempre se ha preocupado de tenerla
a su alcance. Y también desde tiempos inmemoriales entendió que podían
tratarse con agua multitud de dolencias; es más, nuestros antepasados
sabían incluso algo que sólo recientemente ha constatado la ciencia: que
el agua es capaz de almacenar cualquier información que la impregne,
por sutil que ésta sea. Una sorprendente capacidad que ha llevado a
algunos científicos a hablar sobre la “memoria del agua”.
Precisamente esta facultad del agua para almacenar información es la que ha permitido al hombre intervenir en su estructura molecular con todo tipo de energías: sonora, luminosa, eléctrica, etc. y obtener “aguas tratadas” que utiliza como remedio terapéutico o coadyuvante de eficacia contrastada en el tratamiento de diversas dolencias.
AGUAS BENDITAS Y RITUALES
Ríos y estanques, fuentes y aguas termales han sido siempre considerados lugares para la curación, para la magia o para las bendiciones. En la mayor parte de Europa se pensaba que todo manantial de agua potable se encontraba bajo el control de un guardián o de una ninfa del agua.
No
sólo las fuentes han sido consideradas sagradas, también el agua en sí
misma ha sido empleada para purificar y bendecir objetos en muchas
religiones y en muchos cultos rurales. Los católicos están
familiarizados con el rociado de agua bendita en la misa y con el
bautismo de los bebés y jóvenes. En otras religiones se encuentra
también presente el acto del lavado purificador que los musulmanes
estrictos efectúan cada vez que rezan, cinco veces al día. En la India,
se cree que bañarse en el río Ganges purifica y bendice a los que llevan
a cabo este rito.
El
agua también puede ser empleada para llevar tranquilidad y sabiduría a
la mente en estado de concentración. Así, para muchos, un estanque
profundo o un arroyo de corrientes mansas era también un lugar para la
visión de los oráculos. Casi todas las sacerdotisas de los templos más
antiguos del mundo sabían utilizar los poderes mágicos del agua para la
hidromancia, o adivinación a través de este elemento. Normalmente,
después de un baño ritual eran llevadas a un lugar donde había aguas
oscuras y tranquilas y allí, utilizándolas del mismo modo que se
utilizan las bola de cristal o un espejo, podían describir hechos que
estaban ocurriendo en tierras lejanas o que tuvieron lugar mucho tiempo
atrás.
Es
clara la evidencia de que podemos sanar el medio ambiente de nuestra
Madre Tierra a través de la intención, el amor y la oración verdadera;
pero hay otro ingrediente de importancia crucial. Dicho ingrediente es
la creencia. Y puesto que una imagen vale más que mil palabras, hemos
buscado las pruebas más simples y convincentes que hemos podido
para demostrarle cómo nuestros pensamientos, palabras y sentimientos
afectan el nivel molecular de los, así llamados, objetos físicos.
Las fotografías y comentarios de este artículo representan el brillante trabajo de Masaru Emoto. Doctor diplomado y licenciado en Medicina Alternativa nacido en Yokohama-Japón. Dichas fotografías han sido publicadas en un magnífico libro titulado Los Mensajes del Agua. El Dr. Emoto investiga
el agua y sus propiedades sanadoras desde hace más de 20 años. Demostró
cómo el efecto de determinados sonidos, pensamientos, sentimientos,
palabras y música alteran la estructura molecular del agua, evidenciando
que, al ser nuestro cuerpo un 70% agua, lo que afecta a ella nos afecta irremediablemente a nosotros y en consecuencia a nuestras vidas.
Si usted todavía duda que sus pensamientos están impactando y modelando el mundo que le rodea, la vista de las fotografías de Emoto eliminará cualquier duda al respecto.
Todo está conectado , nada ocurre porque si. En niveles pequeños de existencia todo es regido por leyes físicas básicas, pero más profundo aun, donde se encuentra la física cuántica, todo pareciera ocurrir aleatoriamente, siguiendo patrones de comportamiento no lineales, haciendo la personalidad y el libre albedrío una realidad poco comprendida por la ciencia.
Somos
casi completamente agua, por lo que las mismas leyes son aplicables en
nosotros. Así como el agua siente vibraciones y pensamientos o
sentimientos de distintas frecuencias y las manifiesta en su propia
estructura molecular al congelarse, como descubrió el Dr. Masaru Emoto,
nosotros podemos percibir todo lo que nos rodea; en otras palabras, nos
afecta lo que otros puedan estar pensando o sintiendo, aun cuando no lo
manifiesten en palabras o gestos...
Como ya sabemos, el planeta tierra, el cual debería llamarse planeta agua, está también conformado mayoritariamente por océanos. Todos, respondemos entonces a distintas frecuencias vibracionales. Podemos hacer un buen uso de esta condición conociendo este hecho, sin necesariamente conocer los detalles del cómo sucede, pero usando el para qué de este bello descubrimiento.
Algunas veces, cuando no podemos ver el resultado inmediato de nuestras oraciones y afirmaciones, pensamos que éstas han fracasado. Pero tal como podemos aprender de las asombrosas fotografías de Masaru Emoto, aquellos pensamientos de fracaso en sí mismos quedan también representados en los objetos físicos a nuestro alrededor.
Ahora que somos conscientes de eso, quizá podamos comenzar a darnos cuenta de que incluso cuando los resultados inmediatos no son visibles a los ojos humanos, ellos están ahí. Cuando amamos nuestros propios cuerpos, ellos responden. Cuando enviamos nuestro amor y nos sentimos unidos a la Tierra, ella responde.
Nuestro propio cuerpo está compuesto en un 70 por ciento de agua. Y la superficie de la tierra es también un 70 por ciento de agua.
Hemos visto anteriormente la prueba de que el agua, lejos de estar
inanimada, está realmente viva y responde a nuestros pensamientos y
emociones. Quizá, habiendo visto esto, podamos comenzar a entender
realmente el imponente poder que poseemos al elegir nuestros
pensamientos e intenciones para sanarnos a nosotros mismos, así como a
nuestro medio ambiente.
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